Del periodo prechurrigueresco, en su fase formativa, se atribuye al Arquitecto Francisco de la Torre, que lo construyó en torno al año 1665.
De claro influjo madrileño, se caracteriza por la severidad clásica de sus columnas acanaladas, claramente contrareformistas, y por una abundante presencia de tarjetillas en los marcos, poco común en la fecha de su construcción.
El Arquitecto Francisco de la Torre, procedente del taller de Cuyedo (Cantabria), es uno de los principales representantes del retablo clasicista de tipo madrileño en el área cántabra. En el territorio de la Bureba, se le atribuyen también los retablos de Soto de Bureba, Quintanaurria, Barrio de Díaz Ruíz (retablo del Ecce Homo), Rublacedo de Abajo y otros.
También son interesantes las imágenes de la parroquia, situadas en el altar mayor (San Sebastián) y en un altarcillo neoclásico anexo (Virgen María y Niño), cuya decoración pictórica se atribuye al artista Ambrosio de Andino, de Briviesca.
Junto a la puerta del templo, puede visitarse también una pequeña e interesante necrópolis.
La necrópolis está formada por un conjunto de tumbas antropomorfas excavadas en roca, presumiblemente del siglo VIII, pertenecientes a individuos adultos y niños, que está siendo estudiada por la Universidad de Burgos.
Por su valor histórico, su visita ha de ser exquisitamente respetuosa.